Buenas tardes. Tengo el gran honor de presentar hoy la exposición "
Diez años después" que recoge la obra de José Ramón Iglesias, tras pasar una década desde su última muestra en esta misma sala.
Lolita Valiño, Seijo Rubio y Luis Quintas Goyanes dotaron a José Ramón de una sólida formación y de un dominio técnico que ha estructurado su obra. Hablar de la pintura de José Ramón es hablar de oficio y de profunda honradez profesional. José Ramón es un trabajador y un luchador. Es un trabajador porque dedica muchas horas al día, prácticamente todos los días del año, a cuidar hasta el más mínimo detalle de su obra. No trata de engañar a nadie, ofrece una obra sincera, sin trucos y quiero afirmar hoy que a mi me gusta la obra de José Ramón desde que la conocí cuando era muy joven y acompañaba a mis padres hasta su galería.
He visto como avanzaba, como progresaba, como se transformaba, pero siempre bajo la premisa de la honradez profesional. No me considero ni mucho menos un experto en arte, pero que me guste la obra de José Ramón le da un valor añadido porque perfectamente puedo estar aquí representando al ciudadano medio que observa esta exposición sin ningún tipo de condicionante.
José Ramón no es sólo un trabajador incansable, es también un luchador. Ha luchado contra todas las adversidades de la vida y ha vencido; incluso, con la ayuda de su familia, ha superado las adversidades que durante un tiempo han hecho peligrar una de sus herramientas fundamentales, sus ojos. Y hoy estamos aquí muchas personas que lo apreciamos como persona y como artista para acompañarle en un día importante para el y también para nosotros, porque considero que José Ramón forma parte de la historia de nuestra ciudad. Es un pintor coruñés en toda la extensión de la palabra, que ha sabido recoger como nadie cada rincón de nuestra ciudad y que ha tenido la enorme fortuna de poder vivir de su trabajo como artista durante más de 50 años. La constancia, el tesón y una capacidad ilimitada de trabajo le ha permitido convertirse en un artista querido por todos los coruñeses que le conocemos.
A lo largo de más de medio siglo las obras de José Ramón han dejado su huella: diferentes murales en nuestra ciudad, dibujos para las tallas del Salón de Plenos del Ayuntamiento, diferentes retratos de Alcaldes, Capitanes Generales o Presidentes de la Cámara de Comercio, entre otros. Tampoco podemos olvidar, dada la gran difusión que obtuvo, sus estampas de ‘
Galicia artística y monumental’ y ‘
Estampas da nosa terra’.
La obra de José Ramón, comunica la esencia de nuestra ciudad en particular y de Galicia en general, sus gentes, su cielo, sus tierras, sus costumbres y sus estampas cotidianas. Pero por encima de todo predomina el sentimiento. José Ramón ama lo que pinta.
Ha sido capaz de crear su propio lenguaje, con obras libres de cualquier artificio donde la sencillez guía su mano y dispone cada línea en el lugar exacto de la composición, logrando una sensación de ingenua frescura reservada sólo a los grandes maestros.
Estamos ante un pintor siempre realista que ha ido evolucionando a composiciones en las que el juego de planos son una parte fundamental de la estructura de sus cuadros y en las que el color se supedita a su gran dominio del dibujo. Con esta exposición José Ramón ha dado un gran paso hacia delante, con una obra más rotunda, en la que abre nuevos caminos que sin duda nos sorprenderán a todos.
Ya en 1962 un crítico de arte escribía sobre su obra: “Dibujos, acuarelas y óleos constituyen la obra de José Ramón. Un arte fino, de honda sensibilidad encomendada a una mano segura, agilísima para el trazo, y a un ojo crítico a la hora de captar el motivo y el matiz en que se esconde la belleza” y humildemente añado: José Ramón, un trabajador incansable que ha luchado toda su vida para reflejar con pasión todo aquello que nos rodea y somos incapaces de ver.
Hasta el 22 de julio tendremos la ocasión de compartir su pasión en esta sala de exposiciones del Ayuntamiento y podremos establecer un diálogo con una obra que desborda luz e imaginación. Una obra con un lenguaje propio, un lenguaje sólo reservado a los mejores.
Muchas gracias.
Julio Flores Pérez Primer Teniente de Alcalde, Ayuntamiento de La Coruña