Sorprendente es en verdad la carrera artística de este joven pintor, que actualmente exhibe sus cuadros en esta sala.
Y permítase me que haga un inciso en el comentario a esta exposición, para derivar el tema hacia esta sala, tan poco conocida del público salmantino. Está situada en la calle José Jáuregui, en la parte trasera del edificio conocido vulgarmente por "casa de los médicos".
Está patrocinada por la Delegación de la Juventud, que la brinda generosamente a todo artista, novel o profesional que desee y busque montar su producción. Incluso esta organización se encarga amablemente del montaje, instalación, propaganda, gastos, etc. Una pena que esta galería no cuente con un local o habitación expaciosa, independiente de los pasillos donde actualmente está ubicada! Porque, por otra parte, el sitio es céntrico y sus objetivos bien definidos, cuales son la promoción artística. Aplausos, pues, merece -que soy el primero en otorgar- esta feliz iniciativa; felicitaciones a la Delegación Provincial de la Juventud por esta faceta cultural que promueve entre tantas otras igualmente elogiables.
Y volviendo a Macía y su pintura, no podemos por menos de admitir, mejor, afirmar, que su producción no refleja. ni mucho menos, la juventud del autor. Es una pintura con visos de cierta madurez, no sólo por la pincelada, suelta, ágil, motivadora, sino igualmente por su temática, un tanto tendenciosa y emocionalmente intencional y sugestiva.
No se ve, empero, una línea ceñida a una idea concrecional ni determinante. Podríamos clasificar sus telas dentro de tres movimientos, más o menos acusados: neocubismo, expresionismo e impresionismo, incluidos en una línea marcadamente figurativista, en la que domina la paisajística marinera, que, como gallego, se aprecia, comprende y siente en toda su magnitud de formas, y tonalidades frías. Sus cuadros vanguardistas, influidos notoriamente por ciertos pintores cubistas, aunque personalmente troquelados. son, a mi parecer, los más logrados, los más auténticamente originales y sustanciales, pues en ellos rehuye de todo convencionalismo formalista para obtener una interpretación muy expresiva, atrayente, atrevida y hasta rebelde.
Es, en fin, la obra de Macía. joven pintor lucense, de poderosa fuerza, de sincera afectividad y noble en sus propósitos.
Buen porvenir pictórico le espera la este artista, si, a su juventud y entusiasmo, une una trayectoria más limitada y subjetivamente también más concluyente.