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Caixa Galicia presenta una exposición de Tarsila do Amaral
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Santiago de Compostela
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Santiago de Compostela, 14 de mayo de 2009
El alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, y el director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, han inaugurado esta mañana en Santiago la exposición que la primera entidad financiera gallega dedica a Tarsila do Amaral, una de las artistas más importantes del arte americano del siglo XX.
Esta muestra, coproducida en colaboración con la Fundación Juan March y que estará en la sede compostelana de la Fundación Caixa Galicia hasta el próximo 31 de julio, reúne por primera vez una selección de las obras más destacadas de la artista brasileña.
Tarsila do Amaral (Capivari, Sao Paulo, 1886 - Sao Paulo, 1973) es “una de las figuras clave de una vanguardia todavía mal conocida entre nosotros, pero cuyas contribuciones más significativas son de lo más importante que ha dado el continente americano a la cultura moderna”, señaló el comisario de la muestra, Juan Manuel Bonet, durante la rueda de prensa anterior a la inauguración.
La exposición –la primera en Galicia, la más importante celebrada hasta hoy en España, y una de las más importantes de cuantas se han realizado fuera de Brasil- se centra en el período capital de su producción, los años veinte, vividos entre Sao Paulo y París, con un final simbólico en Moscú (a donde viajó en 1931).
Más de ochenta obras, pinturas y dibujos (en su mayoría procedentes de museos y coleccionistas particulares brasileños, a excepción de tres obras pertenecientes al Musée de Grenoble, el Hermitage de San Petersburgo y el MNCARS) subrayan las conexiones vanguardistas de la artista en la capital francesa.
Exótica, sofisticada y cosmopolita, Tarsila do Amaral cumplió, durante dos intensas estancias en París, con lo que llamó su “servicio militar” en el cubismo, y se alimentó de las corrientes de la vanguardia europea “como una civilizada antropófaga”, según sus propias palabras.
De vuelta a su país, la digestión de aquel banquete y el reencuentro con los colores y las formas de su infancia en las tierras del interior del Brasil darían lugar, en torno a 1920, a la época más deslumbrante de su pintura.