"Entroido - lendas", é unha colección de obras en tinta-pastel, -peculiar técnica desenvolta por Juan Galdo para a que utiliza tintas pulverizadas e sopradas sobre o papel, cun acabado a base de pastel- ademais doutras pintadas á acuarela. Estilistiamente, a mostra pódese encadrar nun expresionismo cubista, que ven dado polas plantillas coas que crea a estructura formal de cada obra.
Julián Carrillo, galerista
...con esta técnica novidosa, o artista establece esa expresión estética cubista, convertendo a súa arte en función social. Esto é o que plasma Juan Galdo, atopando nas súas pinturas un impulso creador, sen máis musas que as súas capacidades expresivas que se abren a experiencias novas.
Antonio Masías Quintela. Crítico de arte
... as tintas acusan imaxinación e virtude poética creativa, e o meu criterio, os enriquece a técnica de aplicar a cor, pulverizando, cuxo manexo o realiza con suma habilidade. Logrando así interesantes matices e calidades pictóricas.
Laureano Álvarez, Crítico de Arte
Jugando con plantillas y con golpes de aire que salpican partículas de tinta azarosamente dirigidas, construye el artista unas composiciones que viajan hasta lo cubista a lomos del expresionismo. Tienen las tintas de Galdo una esencia mágica que trasciende los artificios técnicos.
Ana Martín, Licenciada en Geografía e Historia, especialidad Arte Moderto y Contemporáneo
Mis años de contacto con el mundo del arte me han demostrado que los grandes pintores que atesoran décadas de experiencia y trayectoria en el mundo artístico, tienen un algo en común: un halo de divismo, más o menos manifiesto, surgido del contacto de la admiración y reverencia del público por sus obras. Este halo de divismo les suele llevar a rodearse de una cierta corte, despreciar a sus contemporáneos, hacer demoledores juicios de valor sobre pintores noveles y afianzar su posición de seres por encima del bien y del mal… incluso realizando obras muy por debajo de su capacidad, amparados por ese paraguas del reconocmiento público. Intrigas, envidias, egos desproporcionados, frustraciónes… sobrevuelan por esta casta de privilegiados que han tenido el don del arte en sus manos.
El color de Juan Galdo
Este sentimiento del color -que ya resaltó Murguía- es algo innato en los artistas gallegos y tiene, desde luego, una honda raíz popular. Por otro lado, la temática de su actual muestra, a la que titula "EntroidoLendas" (paráfrasis de Carnestolendas), se presta también para presentar el multicolor mundo camavalesco con todo su variopinto juego de contrastes, sus lúdicas y graciosas deformaciones y sus máscaras cómicas.
Galdo nos sumerge en un abigarrado encuentro de luces víbrantes, en un escorzo continuo de líneas y de planos que tienen cierta deuda con las composiciones cubistas, sin llegar a la descomposición de la figura que éstas practicaron; mas bien lo que Galdo busca es transmitir expresividad y dinamismo y un ritmo vivo y ágil a sus personajes y grupos humanos que devienen así como huyentes estelas en el barullo jocoso de las comparsas y los disfraces.
Contrapone, sobre todo, las luces frías, aplicadas a las zonas de sombra o de penumbra a las luces cálidas que hacen relumbrar los rostros y las carnaciones; y todo ello lo envuelve luego en una atmósfera puntillista y evanescente que consigue soplando tintas con un aerógrafo sobre la obra acabada, creando, así, una especie de velo distanciador.
Sus "Comparsas", "Comadres", "Máscaras", "Bruxas", "Demos" o "Boteiros" quedan inmersos de este modo, en una especie de "orballo" lleno de sugerencias. "Nocturno" es, a nuestro entender, su obra mejor conseguida y donde la técnica aplicada alcanza su más afectivo grado de misterio.
Anxeles Penas. Opinión. Diario de Ferrol, viernes 10 de marzo de 2006
Lo que más conmueve al espectador de su obra es el atrevimiento de su fuerte color, de tonos cálidos, colores puros, sin apenas usar el blanco. El empleo de la gama cálida lleva a la consideración de un caracter fuerte, enérgico, apasionado, sin composición. Tiene un trazo muy peculiar, y usa un empaste muy sólido.
Es un trabajador constante, y creó un camino muy definido y con ciertos hábitos en la técnica que confirman su evolución sobre todo en los 80 en adelante. Parece obligado en una casi reclamada clasificación hablar de una pintura Fauve Figurativa y de un cierto Expresionismo desafiando las convenciones estéticas sobre todo en el terreno cromático empleando fuertes contrastes.
Escribe con pincel lo que capta de la realidad que él transforma y de este modo nos hace el regalo de su óptica, pre un cuadro no es concebido para ser clasificado, sino para ser visto.
Eulalia Vizoso García, Licenciada en Historia del Arte.
Juan Galdo. De un plumazo
Mas de cuarenta años pintando y haciéndolo como lo hace Juan Galdo deberían servirle a este ferrolano para gozar de un prestigio que está siendo un poco rácano con él. En cualquier caso, él sigue impertérrito, adelante con una pasión pictórica de la que ha dado buena muestra en una veintena de exposiciones individuales y otras tantas colectivas. Una pasión, en definitiva, que nació siendo niño y atravesó diversos aprendizajes con artistas locales hasta trasladarse a París a mediados de los 60. Allí, con el maestro Vecritien aprendió “a saber ver, y a que se aprende trabajando día a día”. Con esta laboriosa divisa ha continuado pintado y participando en la vida artística de su ciudad desde, por ejemplo, la organización de exposiciones del Ateneo.
Como artista destaca de Galdo una querencia por técnicas pictóricas muy variadas, desde el óleo y la acuarela, a las ceras sobre lija o a las tintas con pastel pulverizadas, un sistema propio perfeccionado con los años. En cuanto al estilo, Juan Galdo reivindica de palabra y de acción el legado expresionista y fauvista. Con los artistas del grupo “El jinete azul” y con el perdurable legado de Matisse y Duffy posee Galdo un gusto por las temáticas carnavalescas y festivas, con músicos y personajes de la farándula, reconocibles (la figuración es una constante) pero modelados a base de color. Y he ahí la clave de la pintura de Galdo: unos colores intensos, unos rojos y azules permanentes en sus lienzos cuya fuerza salta del marco de la obra. Una expresión a través del color que busca llegar a los recovecos mas íntimos de los personajes retratados.
“Mas que pintar lo que se ve, quisiera pintar lo que piensan los modelos”, asegura Galdo, en una apuesta artística que deja atrás la simple representación física. Un deseo de trascendencia que define la obra de este creador para quien el color es la clave de todos.
Nicolas Vidal, Nordesía, 24 de octubre de 2004.
Juan Galdo
A pintura na sua esencia. A cor. O cadro como creación. O aparente é a escusa para alumear unha nova realidade. A deformación como vocabulario da súa linguaxe, na que o verbo é a figuración, que se conxuga con distinta radicalidade, dando lugar a obras perto da abstracción.
E sobre todo querencia pola orde.
Vede aquí un artista que partindo dunha realidade como é a escola de pintura ferrolá, iniciada por Imeldo Corral ou Bello Piñeiro, chega aos mesmos presupostos que nos anos oitenta dou lugar ao que na pintura europea se coñece como a transvangarda.
A evolución da pintura de juan Galdo, prodúcese de xeito natural. Cadro a cadro. Pincelada a pincelada, o artista vai desbotando das súas pinturas o anecdótico, o adxetivo, quedándose só co cerne. E por iso que os seus cadros son pintura pura. Son cadros de onde o artista crea unha nova realidade intuída no seu entorno. Mais nin a forma nin a Cor -no seu estado primario- recrean nada. Unha nova creación xurde en cada obra. O pintor convértese nun demiúrgo, que establece na superficie da tela, as cores para que poidamos adiviñar as cañotas, as fervenzas ou as máscaras de carnaval.
As veces estas pinturas parecen que tratan de poñer orde dentro do que foi todo un período da pintura, despois do anos cincuenta, co expresionismo abstrato.
Na Galiza, Juan Galdo proponnos unha pintura que entronca coa que se fai na Europa, e o mais importante, por propia evolución.
Xesús Andrés López Piñeiro
(Licenciado en Historia del Arte) Exposición en la Galería Coarte, mayo 2001