Peña Romay: La cristalización biomórfica
La destrucción del arte va aunada con la destrucción del planeta, desde hace años vienen dando señales ambas. Las bienales, ferias de arte, museos de arte contemporáneo muestran la desolación del ser humano en distintas manifestaciones pseudoartísticas carentes de ese algo que nos diferencia de los animales: el arte. Esta introducción la hago porque no todas las manifestaciones artísticas actuales son así de frívolas. Hay pintores como Francis Bacon, Antonio López, Antoni Clavé y escultores como Francisco Leiro, por poner un ejemplo de los de la actualidad, que realizan sus obras lejos de innovaciones banales, sacando de sí lo mejor para la humanidad en un trabajo honesto y sincero del día a día, como muchos otros pintores y escultores que, al igual que estos grandes artistas, trabajaron y trabajan con honestidad, como es el caso del pintor Peña Romay que surca los dias con un camino auténtico trazado con el rasgo genuino de su obra pictórica.
Nos presenta en la Casa de Galicia en Madrid una colección de óleos y acrílicos de mediano y gran formato de los que sobresalen los paisajes urbanos y algún tema de mar; siempre relativos a alguna ciudad o a alguna vista pintoresca del litoral gallego. También presenta en esta muestra varios grabados realizados con diversas técnicas, tratando siempre que la ejecución sea la correcta así como la estampación. Su gusto por el color es evidente ya que maneja todas las gamas cromáticas, incluso entrelazando los colores cálidos y fríos, lijando y velando para enriquecer el cuadro. Peña Romay sigue fiel al orden y a lo bello asumido por los clásicos, que son sus grandes maestros, por eso sus cuadros nos hablan de la belleza y de la vida, impregnando nuestra retina del mensaje del arte, caminando hacia lo constructivo y la verdad.
Con la versatilidad de su pintura, Peña Romay usa en sus cuadros: formas, texturas, colores y figuras que dan un sentido emocional a su trabajo continuado. Como resultado visualizamos estructuras geométricas y coloristas en esos paisajes urbanos de nuestras queridas ciudades gallegas. También afrontando ese reto personal, además de los paisajes, nos presenta, como ya dijimos, grabados con figuras humanas que nos desvelan el propósito del artista y su interés por los ritmos curvos que originan cierta movilidad en las figuras, ritmos que evocan el origen de nuestra esencia. Esa geometría visible u oculta que nos susurra códigos a través de sus figuras, (representadas a través de formas biomórncas) nos hablan de la vida misma y del existir, que no es poco.
Enhorabuena Peña Romay por tu obra y gracias por compartirla.
Miguel Anxo Macía
Doctor en Bellas Artes, Pintor
(del catálogo de la exposición en la Casa de Galicia)