Peña Romay: La cristalización biomórfica
La destrucción del arte va aunada con la destrucción del planeta, desde hace años vienen dando señales ambas. Las bienales, ferias de arte, museos de arte contemporáneo muestran la desolación del ser humano en distintas manifestaciones pseudoartísticas carentes de ese algo que nos diferencia de los animales: el arte. Esta introducción la hago porque no todas las manifestaciones artísticas actuales son así de frívolas. Hay pintores como Francis Bacon, Antonio López, Antoni Clavé y escultores como Francisco Leiro, por poner un ejemplo de los de la actualidad, que realizan sus obras lejos de innovaciones banales, sacando de sí lo mejor para la humanidad en un trabajo honesto y sincero del día a día, como muchos otros pintores y escultores que, al igual que estos grandes artistas, trabajaron y trabajan con honestidad, como es el caso del pintor Peña Romay que surca los dias con un camino auténtico trazado con el rasgo genuino de su obra pictórica. (del catálogo de la exposición en la Casa de Galicia) (Leer texto completo)

---

José Manuel Peña Romay, ante el espejo de la meditación, nos lleva a ver reflejado el encuentro esencial de la pintura bajo la imaginación material del dibujo-forma-color. Peña Romay, a la práctica consciente del dibujo une el haber sido un buen discípulo; este censo de estímulos es lo que afirman su propia personalidad.

La complejidad espacial junto con la línea, como elemento estructurado, y el vivo cromatismo hace que la composición se integre en el espacio pictórico, lo que da lugar a intensificar el tono emocional de su obra.Peña Romay, nos muestra en sus obras una libertad artística de nuevos paraísos al fusionar la técnica, la simplificación de formas y el toque del pincel. La capacidad creadora y pictórica de José Manuel Peña Romay, es de una expresividad absoluta que comunica e impacta al observador.

---

Peña Romay es un “rara avis”. Su llegada tardía al mundo del Arte y al de las exposiciones le ha permitido trazar un itinerario de intensa búsqueda de un camino propio, alejado de las estridencias de muchos artistas de este tiempo y próximo siempre a la reflexión y la duda que, al fin, son el sustrato de cualquier obra artística valiosa.

Sin tantas referencias como otros creadores y desde el autodidactismo encuentra ahora, en esta exposición en A Coruña y en la representación de la ciudad contemporánea, un territorio fértil para desplegar su universo plástico. Un universo fabricado con fragmentaciones geométricas complejas, planos superpuestos y arriesgadas gamas cromáticas que curiosamente, y a pesar de su sobreabundancia, dibujan un mapa urbano coherente y lleno de sentido: versión pictórica de la ciudad como telón de fondo, escenario teatral construido con retazos de arquitectura agrupados en bellos y dinámicos collages donde se perciben rastros de rasguños matéricos, manchones, texturas, delicados chorretones verticales..., todos ellos delatan las dudas y tribulaciones que sobrevuelan al creador cuando se enfrenta a un hecho tan apasionante y contradictorio como es la escena de la ciudad contemporánea.

Desde la visión lejana, donde delicados “sfumatos” funden los bordes urbanos con unos espléndidos cielos, hasta la enérgica representación de hitos reconocibles en la escena urbana para finalmente aproximarse a los dibujos de las galerías tradicionales tratados como bellos paneles compositivos. Peña Romay radiografía la ciudad, habla en voz baja de sus luces y sombras, de lo horroroso y lo sublime que se funden en el collage urbano dibujado en el mapa de cualquier ciudad de nuestros días.

Como Arquitecto he disfrutado contemplando las visiones de Peña Romay tan próximas a los rigurosos planos técnicos que dibujamos en los estudios profesionales. Peña Romay sin embargo va más allá y trasciende la realidad construida, regalándonos una ciudad nueva irreal y sugerente, llena de luces misteriosas y envuelta en cielos evocadores. Una ciudad nueva desde la ventana abierta al futuro de Peña Romay.